Día de muertos, gatos y brujas



Los gatos, esos pequeños felinos que nos acompañan desde antiguo, despiertan sentimientos encontrados en nuestra especie. De manera que alternativamente los convertimos en símbolo de gracia o desgracia. Los egipcios los tenían en gran estima, pero en épocas más recientes fueron acusados de los males más temidos por las sociedades del momento. En la edad media se los asoció a las brujas como encarnación del mal… ¡y del mismísimo diablo!

En la actualidad, aún conservan las simpatías de una gran parte de la sociedad. Personas de todos los géneros, ideas y profesiones los aprecian. Pero el sexo femenino parece seguir siendo el más inclinado a velar por ellos. Dado que biológicamente no hemos cambiado a penas desde el paleolítico, ese comportamiento compasivo probablemente esté enraizado en los instintos de crianza y la necesidad de proteger y alimentar al débil, y se remonte a los inicios de nuestra andadura juntos; cuando empezamos a almacenar grano y llegaron los roedores y, detrás de estos, los pequeños depredadores felinos, que tan buena tarea de control, compañía y asistencia psicoemocional nos llevan haciendo desde miles de años atrás (las cifran bailan hasta unos 7.000 pero podrían ser más). De la estrecha relación gatos-féminas humanas se aprovechó la propaganda eclesiástica medieval, para dar una pátina de maldad a todo lo asociado a las llamadas “brujas”.

La inercia de los métodos propagandísticos, una vez se han instalado como “verdad”, es tremenda. Siendo yo niña aún oí decir que si se te cruzaba un gato negro era señal de que algo malo iba a pasar. Hoy en día, los gatos siguen asociándose junto a las brujas, fantasmas, espíritus y otros elementos “sobrenaturales” al oscuro día de Halloween o Día de los Muertos, aunque más en un sentido estético que hasta resulta simpático, como en el doodle de Google de hoy.

Las ideas y supersticiones del pasado fueron abandonándose poco a poco. En nuestras modernas sociedades, las consideramos cosa de ignorantes y retrógrados, en pro de la razón y el conocimiento científico. Así los mininos dejaron de ser señalados, por el poder hegemónico primero y las ideologías sociales después, durante cierto tiempo.

No pasó mucho sin embargo que volvieron a caer en desgracia. Las primeras voces que los volvieron a señalar en esta ocasión venían de algunos amantes de las aves, al caer en cuenta que el objeto de su pasión era también objeto de caza de estos pequeños depredadores. Estas personas no eran cualesquiera sino algunos científicos angloparlantes de reconocido prestigio. A partir de ahí todo fue rodado hasta la actualidad, en la que se han convertido en la cabeza de turco de la pérdida de biodiversidad -el peor de los males de nuestro tiempo junto al cambio climático-.

Curiosamente, al mismo tiempo que, a través de ellos, nos aligerábamos del peso de nuestra responsabilidad, también fueron variando las hipótesis científicas sobre nuestra especie. Del violento “mono asesino” que hizo furor en el siglo pasado, al actual “cerebro social” o el “mono popular” como dice J. Luis Arsuaga (ver su conferencia “Ciencia, sociedad, ideología” en youtube. Muy interesante no solo por estas tesis, basadas ambas en pruebas duras (fósiles) pero opuestas entre sí, sino por como un científico nos explica la relación entre las ideas científicas -más o menos acertadas e interpretadas-, la sociedad y las ideologías).

Los medios han tardado en hacerse eco de las maldades mininas… pero finalmente se abrió la caja de los truenos, regalándonos con barbaridades como las que publicó la sexta.com en mayo del 2023[1] en este titular: "Una gata puede dar entre 15 y 20 gatitos en un periodo de 6 u 8 meses".

No tengo nada claro si un criador de mininos profesional podría llegar a obtener esos resultados con gatos en cautiverio… pero, en cualquier caso, la realidad de los gatos de vida libre, llamados asilvestrados o ferales, esos sobre los que recae el peso de la pérdida de biodiversidad, está muy pero que muy lejos de esos números.



P.D Este artículo ha sido editado. El original era demasiado largo y después de publicarlo apresuradamente el día de los Difuntos me di cuenta de ese y otros errores y omisiones menores que ahora he podido reparar. Así este artículo queda como mi reflexión sobre el tema y el siguiente recoge algo de mi experiencia personal con los gatos a través de los años y un seguimiento a una gata y sus descendientes desde el 2017 a la actualidad


Comentarios

Entradas populares de este blog

ESPECIES

Dinámica poblacional de un pequeño grupo de gatos ferales